Panchito Mandefua, niño de la calle, de esos que hoy día pululan por toda Venezuela, que desde muy temprano salio a la calle para ganarse el sustento.
Granuja, jodedor y tracalero. Panchito comienza a vender periódicos, pero el quería sobresalir de lo común en cuanto los apellidos, el decía --Necesito un apellido que impacte. Y es como de tanto pensar se le ocurre el (Mandefua)
--¡Si.. Suena con mucha clase!, desde hoy ¡Soy Panchito Mandefua!, decía el pequeño en voz alta, y es así que sale a buscar empleo, como vendedor de periódicos. El administrador de una distribuidora de periódicos, le da una paca de ejemplares para la venta.
Contento, sale con su carga de perìodicos y comienza su pregòn
--Extra, extra, vean esta noticia (archipetaquiremandefuá). Extra,extra.
Con ese grito de guerra, Panchito inicia sus labores, pero por el (mandefúa) solo salio una vez a vender los ejemplares, pues fue despedido con estas palabras.
-Mira hijito- le dijeron- mejor es que no saques el periódico hoy, tú eres muy Mándefuá.Panchito y su hermoso apellido (Mandefuá), este última que el llevaba con mucho orgullo, desdichadamente no todos somos capaces de obtener, y llevar con orgullo un apellido, él llevaba aquel (Mandefuá) con tanto orgullo, que por una caída no se daría por vencido, así que opto por vender billetes de lotería.
Muy temprano en la mañana, se escucho el pregòn del niño por las calles
--¡Aquì lo cargooo! ...El tres mil seiscientos setenta y siete, el que no falla nunca ni fallando!! el archipetaquiremandefua…!
Era el pregón bien mandefua de Panchito con su nuevo empleo, así comenzò a ganarse la vida y cubrir sus placeres, que eran comer frutas, ir al circo, fumar e ir al cine.
--Una grada para muchacho, bien mandefua, era la forma de comprar su entrada al cine y dentro, era un experto en peliculas, las cuales recomendaba a sus amigos con estas palabras.
--Miren esas pelicula, donde trabaja Gamesson, son pura crema.
De sus placeres màs refinados era salir a la una de la tarde cubrìendose del sol con las fachadas y situarse perfectamente, bajo el oìdo de cualquier transeùnte, gordo, masìlento y pasìfico, uno de esos directores de ministerios, que llevan muchos paquetes y que bajan almorzar, y muy sigiloso gritarle al oìdo
-¡El tres mil seiscientos setenta y siete mandefua!
--¡Granuja mal parido!
Y el niño Panchito, salia a veloz carrera perdìendose, por las calles gritando.
--¡Ese es premiado!!, no falla nunca Mayoral!. Mayoral era el calificativo que el les daba a empleados con grandes cargos, y Generales. Uno de sus pasatiempos preferidos era pellizcarles las nalgas a alguien que estuviera descuidado y salir en veloz carrera
Corriendo llega hasta un sitio, donde hay un grupo de 6 zagaletones reunido al rededor de una niña dichos zagaletones, que recogìan, quesillos y dulces esparcido por suelo, la niña lloraba desconsoladamente.
--¿Que pasa aquì?
Panchito pregunta y los granujas salen corriendo
pero no por la presencia de Panchito, es que vieron un policìa que venia apresurado a la reuniòn
La niña continuaba llorando y es cuando se acerca el policìa y pregunta.
--Hay algùn problema?
La niña responde.
--Es que yo llevaba, una bandeja de dulces, para la casa donde sirvo y era para la cena de esta noche, tropecè con una piedra y se me cayo la bandeja, y los dulces. me castigaran por esto al llegar a casa.
La niña no paraba de llorar, unos mirones que se detubieròn para indagar se encogieron de hombros, evidentemente no era sus problema. El policia habla de nuevo y manda a la gente a retirarse y solo quedan Panchito y la niña, la cual emprende la marcha a su casa, Panchito se va tras de ella.
--Mira no llores. Como te llamas?
--Margarita.
Esos dulces eran de tu mama?.
--Yo no tengo Mama ni Papa.
--Igual que yo. ¿Con quien vives entonces?
--Vivia con una tia, que me trajo a la casa donde sirvo.
--¿Y te pagan?
--¿Me pagan que?
Panchito sonrio con ironia y un poco de superioridad y replica.
--El trabajo que haces, te tienen que pagar. ¿no lo sabias?
--Me dan solo la comida y una niña me enseña, pero es muy brava.
--¿Te enseña que?
--A leer... -- ¿Tu sabes leer?
--Claro, como un clavo, me fascina leer, leo la prensa, libros y vendo billetes de loteria. Gano para ir al cine, comer frutas y hasta fumar una caja de cicarrillos. Fijate hoy voy al circo y cenare, hallacas esta noche, he ganado mucho dinero y voy a pasarla muy crema esta noche.
Mintio Panchito. en lo de que le fascinaba leer pues el pensaba que no era la gran cosa.
--¿Y como te llamas ?
--¡Me llamo Panchito Mandefua!
--Panchito mande que?
--Mandefua. Mandefua!
--Guao que apellido
--Mira ¿y que vas a decir en tu casa?.
--Diga lo que diga me pegaran en la casa al llegar.
La niña bajo la mirada.
--¿Y cuanto botaste en dinero?
--Seis y cuartillo, Mira la lista.
--Esperame, esperame ya regreso
Panchito le quito la lista y la bandeja a la niña, y salio corriendo lista en manos y luego de un cuarto de hora regreso, con la bandeja llena de dulces.
--¡Mira ¿esto fue lo que se te cayo, cierto?
La Niña se le iluminaron los ojitos de alegrìa y su carita sucia, se enrojecio, una sonrisa salio de sus labios, al tiempo que decìa
--¡Si eso fue. eso fue!
Fue a tomar la bandeja, pero Panchito la detuvo al tiempo que decìa.
--No, yo te la llevo tengo mas fuerza que tu.
--Es que vivo muy lejos.
--No importa
Cesta en mano, emprendieron el camino, mientras andaban Panchito le conto su vida a la niña, de cual eran las mejores peliculas.
--¿Sabes una cosa? tengo mucha plata podemos si quiere comernos un gofio o unos buñuelos.
Al tiempo que hablaba, panchito se sacudio la chaqueta para dejo oir el tintineo de las monedas que llevaba en su bolsillo. Sin darse cuenta llegaron a la puerta de la casa.
--Aqui es donde vivo, dame la bandeja.
Panchito, le entrega la preciada bandeja y por unos segundos se miraron fijamente a los ojos. Margarita rompe el silencio.
--Como te pago?- Le pregunta con una tristeza la niña a su amigo.
Panchito se puso rojo y balbuceando palabras dijo.
--Me das un beso.
--No, no un beso no
--¿Porque? pregunto panchito.
-- ¡Es malo no se debe!
--Malo ¿porque?- insistiò Panchito
--¡Por que si!
Pero para Panchito Mandefua, esa no era el tipo de razòn que lo convencia, asi que agarro a la chica por los hombros y le dio un beso en cada mejilla.
--¡Grito ...mira voy a gritar!- La niña estaba colorada y por poco se le cae la bandeja de nuevo.
--¡Ya ya no grites! . insistio Panchito
En esos momentos se abre la puerta de la casa y una mujer con cara de bruja se asoma y diciendo.
--¡Muy bonitos, par de pervertidos! ¡tienen aun la mierda amarilla, y ya estàn buscando machos y mujeres!, Entra para la casa niña sin pudor. Que horror mi Dios.
Panchito salio en veloz carrera y escucho como la cacatua empujaba a la niña hacia el interior de la casa
Ya sin peligro Panchito pensaba. Bueno Mandefua eres un despilfarrador me quede sin dinero, solo me quedan veintisèis centavos hoy Noche buena. Adiòs hallaca, pan de jamòn y la presa de pavo. quien me manda de defensor. Pero sentìa una felicidad interior habia ayudado a alguien.
A las once de la noche salio del circo en sus pensamiento tenia su cena preferida hallacas chicharron un cafe con leche y un trozo de pavo. Caminaba inmerso en sus pensamiento que no escucho el cornetazo de un auto justo en el cruce hacia San Pablo. un soplo violento y un golpe seco y Panchito quedo tendido en la calzada en los rieles del trenvìa. Unos harapos sangrientos y el cuerpo del niño destrozado entre el mugre y la tierra, el chaquetòn que el niño usaba quedo ensangrentada.
Ràpidamente los curiosos se aglomeraron.
--Que paso?. ¿A quien atropellaron?
--No, no paso nada hombre, que un auto mato a un chico de la calle.- dice un policìa
--Un chico de la calle? Como se llamaba?
--No se sabe, era un bandolero que vendìa billetes de loterìa, de esos que estàn bailandole a uno delante de los parafangos.
decìa visiblemente molesto el dueño del auto que habia matado a Panchito Mandefua.
Asì fue que Panchito Mandefua, fue a cenar con el Niño Jesùs.
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